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El doctor Climent Barberá, jefe del Servicio de Rehabilitación, se despide del hospital tras cuatro décadas de exitosa carrera profesional

 

 

Fotografía: Pilar Cortés. 

 

 

Alicante (31-01-23).- El doctor José María Climent Barberá se ha jubilado este mes de enero tras haber ejercido en los últimos 23 años como jefe del Servicio de Rehabilitación en el Hospital General Universitario Dr. Balmis. Con más de 90 publicaciones sobre su especialidad y varios proyectos de investigación, el doctor Climent ha trabajado en diversos hospitales de la Comunitat Valenciana desde 1984, además de realizar una estancia profesional en el archipiélago de Taiwán.

 

"La carga emocional de mantener una relación de tantos años con gente a la que prácticamente he visto nacer, lógicamente, tiene una profundidad y una intensidad muy gratificante. Es una de las cosas que voy a echar de menos cuando ya no esté con ellos", reconoce el experto.

 

Sus funciones como especialista en Rehabilitación consisten, principalmente, en trabajar con un gran equipo de profesionales (neurólogos, fisioterapeutas, logopedas, psicólogos…) que colaboran conjuntamente en la recuperación de los pacientes. Este proceso, insiste Climent, no solamente abarca a los profesionales que él ha coordinado como jefe de Servicio, sino también al entorno de los pacientes: "La rehabilitación es cosa de todos, de la familia, de los cuidadores… incluye varias profesiones y personas trabajando por un objetivo común: mejorar la función del paciente", afirma.

 

Los expertos insisten en que es fundamental que el paciente se muestre proactivo y actúe durante la rehabilitación de enfermedades que conllevan secuelas graves, como la espasticidad por ictus. Esto puede conseguirse informándose adecuadamente, acudiendo rápidamente al especialista o participando activamente en su proceso de recuperación. El doctor Climent cree necesario extender este compromiso a los cuidadores o familiares del enfermo: "Si nos referimos a las personas con discapacidad severa, la importancia del compromiso del paciente es muy importante, pero en el caso del entorno familiar es definitiva", insiste. "Un entorno acogedor que impulse la función del paciente y disminuya sus necesidades en el hogar o para los desplazamientos es fundamental, porque esas funciones perdidas se compensan, pero no se pueden revertir al 100%", afirma el especialista. "Por ejemplo, en el caso de los niños con espasticidad, la participación de los padres es definitiva. El impulso y el amor con el que los llevan a rehabilitación y lo que hacen para cuidarlos es digno de admiración: se aprende mucho más entrevistándote con ellos que de algunos libros", añade.

 

El consenso con los pacientes como estrategia médica

 

Uno de los mayores retos de los pacientes durante su recuperación es interiorizar qué cosas pueden o no hacer mientras dure el proceso de rehabilitación. "Siempre tratamos de establecer con el paciente los objetivos que se pueden conseguir con el tratamiento", explica el doctor. "Desde el principio se le dice hasta dónde puede llegar. Esto a veces produce conflictos porque los pacientes siempre quieren conseguir más, pero es mucho mejor que establecer objetivos imposibles que conduzcan a una frustración. Hay consensos ambiciosos y otros más simples, pero todos son igual de importantes", añade.

 

El especialista explica que es mejor evitar estrategias que puedan desanimar al paciente, como asegurarle con rotundidad que jamás podrá llegar a hacer determinadas cosas. "El estado de ánimo es un punto crítico en el desarrollo. Las personas que tienen expectativas de mejora y acogen con optimismo lo que deben hacer tienen más posibilidades de conseguir los objetivos. Debemos apoyar su estado de ánimo, incluso farmacológicamente si fuese necesario, pero siempre sabiendo hasta dónde se puede llegar. Las frustraciones más grandes que he podido ver en mi carrera profesional han sido porque se han establecido metas imposibles de cumplir".

 

El doctor pide no olvidar el objetivo primordial de su especialidad y de la Medicina en su conjunto: "Estamos aquí por los pacientes. Todo lo que hacemos se hace por ellos. La medicina es una ciencia maravillosa con un objetivo claro: atender la salud de los pacientes, y creo que lo más importante es que nunca perdamos eso de vista. La felicidad no la alcanzaremos cuando tengamos el aparato más moderno, sino cuando veamos que nuestro paciente mejora y que lucha para ello", concluye.